Gracias por no juzgar.
Gracias por escuchar sin opinar.
Gracias por hacerme saber
que siempre estarás allí si te necesito.
Gracias por hacerme saber que,
aunque hago cosas que no comprendes,
me estás esperando,
al otro lado del océano
que ahora mismo nos separa
para darme animos
y ayudarme a no caer.
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